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Mostrando entradas de diciembre, 2011

NO SE SI EL AÑO FUE MUY MALO… O MUY BUENO

A propósito de que me creo tan grande, y pues las niñas grandes no lloramos, hace como quince años no lloraba tanto como lloré en 2011. Pero al mismo tiempo ningún año de mi vida había disfrutado tanto cada cosa buena por pequeña que fuera, en serio me divertí, me lo goce todo y me reí muchísimo. ¿Será karma? ¿Será que para poder disfrutar de las cosas buenas, hay que sufrirse cada una como si fuera el fin del mundo? Algo me dice que esa es una pregunta que no responderemos hoy ni en quién sabe cuántos años, así que continuemos con mis experiencias 2011: • Por primera vez en mi vida tuve dos tuzas en un año. Las dos casi me matan. • En el primer semestre del año viaje cuatro veces, y al exterior ¡papá! • Nunca me había dado el lujo de echar a un tipo por dignidad. Este año me lo di. • Tener dignidad duele como un verraco. Sobre todo cuando sabemos que si hiciéramos de cuenta que no la tenemos podríamos tener eso que tanto añoramos por lo menos un ratito más. • Finalmente logré d...

LAS NIÑAS GRANDES NO LLORAN

No podemos llorar cada vez que no sale como queremos, con el novio (o novia), marido, el de turno, los papás, el jefe… en fin. Nos hemos acostumbrado a las lágrimas, a arreglarlo todo con esas gotas de agua-sal que al son del dolor saben hasta bueno (saben a desahogue).  Hace poco un buen amigo me decía: “te lo juro que yo no quería comprarle eso, me parecía una exageración! Pero tú sabes… ella comenzó a llorar, y… es imposible resistirse a las lágrimas de una mujer! Ustedes lo logran todo con eso”. A estas alturas me tomé el atrevimiento de indagar: “¿Siempre llora para convencerte de algo de lo que no estás seguro?” Yo me la paso haciendo preguntas obvias: me respondió que sí. Y le resumí lo que realmente pienso: ¡NO A LAS LÁGRIMAS!  ¿Qué producen las lágrimas de las mujeres   en los demás? Levanté la mano de primeras, yo respondo: ¡LÁSTIMA! ¡Pesar! ¡Ganas de hacer caridad! ¡Y caridad barata! Pienso sinceramente que las lágrimas las utilizan algun@s para lograr ...

¿PORQUÉ ME DEJÉ VER LOS CUCOS ANTES DE TIRARME POR EL RODADERO?

Siempre me pasa. Creo que es porque me salté el preescolar: por alguna razón llegue a primero de primaria sin haber pasado por el kínder. Me puse mi jardinera nueva muy ilusionada y mi papá me llevo al colegio (en nuestro automóvil familiar: un Renault 4 modelo 81). A la hora del recreo salimos todas a jugar y por supuesto que la atracción principal para mí era el rodadero. Inexpertamente me subí y estando en la cúspide me senté y abrí las piernas para rodarme con todas las de la ley, y resulta que las que me esperaban de abajo gritaron “¡SON BLANCOS!”. Igual me rodé muerta de la risa, y nos fuimos de ahí todas juntas para los columpios. En ese momento me di cuenta de que las que venían desde preescolar ya eran expertas en el tema, y llevaban lo que comúnmente conocemos como “bicicletero” (para los que no entienden: es un pantaloncito corto y apretado que usan las niñas bajo la falda para evitar mostrar sus calzones). A ellas ya les había pasado pero aprendieron antes de entrar al...

EL QUID DE LAS LOBAS Y LOS LOBOS

El quid de las lobas y los lobos No crean que no me he documentado: he leído sobre el tema y me he dado la pela de preguntarle a los hombres cual es la pendejadita que tienen ahí con las lobas, cual es esa atracción inaguantable que sienten por esta mujer de jean sin bolsillo y uña decorada? Y cuando dicen “pero es que no la quiero para casarme” se da uno cuenta de que es tan común… Me explico: hasta tienen una frase de reconocimiento popular para excusar el error que concientemente están cometiendo, y se sienten hasta orgullosos de tener a semejante mujeronón al lado, porque así queramos o no, amig@s mí@s, pa’ser loba de esas por las que se justifica cometer el error, hay que tener lo suyo. El tema que me aqueja hoy va un poco mas allá: ¿nos es permitido a nosotras decir “¡pero es que no lo quiero para casarme!”? Socialmente está muy mal visto que una mujer se involucre en una relación sin vislumbrar cierta estabilidad en ella, ese cuento lo sabemos de memoria, precisamente no l...