VALÓRATE UN POCO

“Valórate un poco” me decía mi mamá cuando le demostraba a mis noviecitos en la adolescencia que los quería. Que en todo caso yo era media morronga, entonces las demostraciones tampoco es que fueran nada del otro mundo.

Se ponía furiosa porque en vez de esperar a que mi noviecito me llamara, yo lo llamaba apenas llegaba del colegio a contarle como me había ido. Ella siempre me decía: “hazte desear: no lo llames, deja que te llame; no vayas a su casa, deja que él venga a visitarte; no lo tomes de la mano, que él sea el que tome la tuya; no esto, no lo otro, y lo otro, y no, y no, y no…”

Sé que eso fue lo que le enseñaron a ella que está bien, pero yo confieso que nunca lo entendí y para mí sigue siendo un paradigma bien complejo.

¡OMG! No entiendo a los hombres. Independientemente de que no haya dado con el ‘porqué’, con el paso de los años si me di cuenta de que ponerle dificultad a las cosas los atrae ostensiblemente y puede hacer que se queden por más tiempo al lado de una mujer, así la quieran o no. Es decir, si el tipo la ve difícil, lucha hasta conseguir lo que quiere. Para mí eso se traduce en que dura unas cuantas salidas más hasta que se lo den, pero eso nunca garantiza que se quede a mi lado el que quiero que se quede.

Entiendo que los retos son llamativos no solo para los hombres sino también para las mujeres, entonces me imagino que también se pone interesante la cosa cuando queremos acostarnos con alguien y decimos que no. Y algunos osan llamar a eso “el juego de la seducción” que en realidad no es otra cosa que una justificación moderna para seguir avalando las prohibiciones religiosas concernientes al libre ejercicio de la sexualidad.

Resalto que hablo de “irse a la cama”, no porque sea lo único alrededor de lo que gira la dificultad, sino por poner una situación específica en el tintero. Mmmm... pensándolo bien, la dificultad solo gira al rededor de la cama.

Entonces bajo esa filosofía de la generación de mi mamá lo que yo captaba era algo así como: no te acuestes con él para que él te tenga muchas ganas y se vaya menos rápido de lo esperado, y mientras menos rápido se vaya más vales tú…

Mamás del mundo: perdónenme pero sigo sin entender.

A lo largo de mi corta existencia (re-corta, jejeje), siento que me valoro más que nunca y soy muy feliz con la mujer que tengo en cuerpo y alma, que paradójicamente en gran parte la construyó mi mamá. Hoy en realidad llego a unas conclusiones muy diferentes:

• Un tipo al que realmente le gusto puede irse o quedarse dependiendo de la distancia que haya entre nuestra primera cita y la ida a la cama, o puede que eso lo tenga sin cuidado.

• Si el tipo es de esos que se van porque se lo doy muy rápido y yo realmente le gustaba, es porque es un machista retrogrado conservador, y a quien realmente no le gusta es a mí. No quiero en mi vida a un hombre con esa descripción. Así que ‘MIENTRAS MÁS RÁPIDO SE VAYA OBVIAMENTE MEJOR’. Simplemente en un momento de necesidad, acudí a un ejemplar masculino.

• Si el tipo se va apenas se lo doy porque eso era lo único que quería, entonces ‘MIENTRAS MÁS RÁPIDO SE VAYA OBVIAMENTE MEJOR’. Que tal que, mientras pienso en hacerme la difícil me encariñe… El que no es para uno se irá de todos modos independientemente de la longitud que tenga la línea de tiempo comprendida entre la primera cita e irse a la cama.

• Si los dos tenemos claro que nos gustamos, y como dos adultos maduros vamos a la cama para disfrutarnos mutuamente, y resulta ser que ¡somos un desastre! Misma conclusión: ya no tengo tiempo para perder el tiempo, y ‘MIENTRAS MÁS RÁPIDO SE VAYA OBVIAMENTE MEJOR’, y si no me encariño también mejor.

• Si los dos tenemos claro que nos gustamos, y como dos adultos maduros vamos a la cama para disfrutarnos mutuamente, y todo sale de maravilla, lo que menos importa es la longitud de esa línea de tiempo comprendida entre la primera cita e irse a la cama. Ahí si comienza una relación.

Y realmente es porque me valoro que acepto poder querer a alguien solo para pasar un buen rato sin que eso me quite algo de mí. Yo también puedo decir que “no lo quiero para casarme”.

Porque me valoro me doy el lujo de demostrarle a alguien lo que realmente quiero con él, sin tapujos y sin restricciones. Aunque no debería ser un lujo sino un derecho. Hago con mi vida lo que realmente quiero hacer con ella, no lo que, en medio de una eterna espera para hacerme la interesante, un aparecido quiera hacer conmigo.

Porque realmente me valoro es que no tengo miedo de que alguien salga espantado ante mi primer comentario sobre las libertades individuales. Al contrario, prefiero que conozca lo que realmente hay en mi, no solo para no perder el tiempo, sino porque de verdad me gusta como soy.

Porque realmente me valoro estoy orgullosa de manifestarle resueltamente lo que siento a las personas que están en mi vida. Si me haces falta te llamo, si te extraño te busco, si quiero decirte que te quiero te lo digo y si cabe un abrazo y un beso entre medio, mejor aún. Si me causas dolor, también estoy en todo el derecho de hacértelo saber.

Guardarme mis sentires por ser una perfecta estratega en el arte de atraer al sexo opuesto (que en mi caso específico es el que me atrae) es una mentira tan grande… Quédate conmigo porque soy yo, y no por el grado de dificultad que representó lograr que una mujer exprese sus sentimientos. Puedes esperar lo mismo de mí.

Este mundo está tan loco que las mujeres que se “valoran” son las que ocultan sus sentimientos, las que coartan sus libertades, aquellas que esconden quienes realmente son, a quienes les da miedo aceptar que les gusta el sexo, los chocolates, y las emociones fuertes. Es todo lo que no quiero ser. Lo harán para "quedar bien" ¿con quien? Con uno de esos en los que yo nunca me fijaría y que, si por error lo hiciera, espero que no se quede a mi lado… Te lo agradezco pero no.

Que se vaya rapidito mas bien todo aquel que no me valore, porque es incompatible con mis valoraciones propias.

POR: AVENTURERA

Comentarios

  1. Pero en el auto valor y de saber quien eres esta la posibilidad de saber que la iniciativa puede partir de tí y debe partir de ti, para lo que sea.

    porque me valoro se hasta donde voy y a donde llego o quiero llegar, porque mi valor lo defino a partir de mí misma, porque me valoro frente al espejo, donde me gusta lo que veo y eso irradio, porque no permito que otros, definan mi estima, porque te conozco se de tu valía, de tu sobreprecio frente a muchas. un abrazo

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  2. Espectacular, felicitaciones Aventurera. Eso que dices en voz alta es el contenido del silencio de MUCHAS mujeres conscientes, pero domesticadas por la sociedad...

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