DE MAMÁ A NO TAN MAMÁ
Estaba sentada sola en una mesa en medio del colegio de mi hija mayor, mirando… no sé lo que miraba en realidad pero de tanta miradera me di cuenta de que todas esas mamás son iguales. Y yo planeo la forma en que me visto y adecúo totalmente mi lenguaje para venir aquí y no verme tan distinta. Entonces me encontré preguntándome porqué me siento tan diferente a todos, porqué me siento tan lejos de esta cultura. Esta cultura de la que, de hecho, yo soy el resultado. Me pregunte si a las demás mamás les pasa lo mismo: se sienten tan diferentes a las otras… tan desencajadas como yo. Y eso tendría cierto sentido y explicaría por qué todas tienen comportamientos parecidos, pintas parecidas y peinados parecidos en este tipo de eventos: igual que yo, lo han planeado toda la semana. Para poder encajar. De hecho hablamos todas igual. Adquirimos una jerga “mamística” que nos caracteriza. No usamos groserías así la ocasión lo amerite, y empezamos a usar primero expresiones bogotan...