QUE VERGÜENZA CON MARTHICA…

ANTECEDENTES

Trabajar con un ex - novio es complejo (por no decir que es una locura), pero así como uno no deja el amor por el trabajo, pues menos va a dejar el trabajo por un desamor. Al principio es duro: uno había puesto ciertas expectativas de vida (culpo a la parte machista de mi crianza de esto) en el sentido en que siempre hay un pensamiento diablirijillo por ahí diciéndole a uno al oído: ¡que tal que éste si sea! Pensamiento que ronda la cabeza de las mujeres latinoamericanas como desde la tercera salida con el mismo tipo (comencemos a cambiar eso por favor: no se peguen de cualquier cosa). Luego las cosas se terminan y volver a mirarlo como a cualquier otro compañero de trabajo es difícil ¿si? A eso puede sumársele que probablemente usted esté en estado de tuza, e independientemente del grado de sufrimiento, hay sufrimiento.

Pero los días pasan. El tiempo es el mejor amigo de todos, cura las heridas, los dolores, y a veces también le hace creer al doliente que ha curado corazones. Este último es un punto interesantísimo: uno cree que ya se curó, pero no, y bajo el esquema de ese pajazo mental los días se vuelven un poquito más felices.

EL TROPEZÓN

Así entonces, uno comienza a sentirse preparado para ciertas situaciones, por ejemplo, a decir que sí a una salida con los compañeros del trabajo. Entonces salimos: ¿una cervecita? Bueno… una cervecita… dos, y hasta tres! Y la gente de la mesa empieza a pararse al baño, a fumar afuera, las sillas comienzan a rotar y extrañamente uno siempre termina sentado al lado del ex. Comienza la conversación: “¿Que más? ¿Bien y tú?”. Él me dice: “es que te extraño tanto…”. No recuerdo que respondí, pero ahí viene el estrellón contra la realidad: que tiempo ni que carajos. Me dice eso y yo me derrito y empiezo a mirarlo con ojos de ternero degollado y ahí me doy cuenta de que mi amigo el tiempo, a pesar de ser realmente mi amigo, me ha endulzado el oído diciéndome lo que yo quería escuchar: que me he olvidado de él, pero eso en realidad no es así. De pronto si hubiera pasado mas tiempo con mi amigo el tiempo habría logrado olvidarlo con el tiempo (que poética redundancia), pero por ahora era solo un pajazo mental. La noche comienza a transcurrir y la voluntad a debilitarse hasta que ¡OOPS! Un besito… Solo un besito… ¿O dos? O tres… ¡UUUUYYYY! ¡Perdí la cuenta! Me pregunta: ¿vamos a mi casa? Respondo que si.

AL DÍA SIGUIENTE

Me levanté temprano con unas ganas de orinar casi incontenibles. Mi ex – suegra se despertó antes (si… mi ex vivía con la mamá…). ¿Y ahora como hago para levantarme de aquí? ¡QUE VERGÜENZA CON MARTHICA!

¿Cómo hace uno para no tener que pasar de ser la virtuosa novia (o ex – novia), a ser la avergonzada que sale de la casa en puntillas de pie el domingo en la mañana?

Tuve que poner la cara. No tenía otra opción. Salí cabizbaja y “rabientrepiernada”. Entré al baño. A la salida me la encontré de frente. Creo que los cachetes se me iban a estallar de lo colorada que me puse:

AVENTURERA: Hola Marthica ¿Cómo amaneces?
MARTHICA: ¡Bien muñeca! ¡Que rico verte! ¡Me tenías abandonada!

¡OMG! Mi delicado estado mental empeoró bastante después de ese saludo. Comenzó el angelito que me habla al oído a decirme:

ANGELITO: Oye: parece que ella cree que ustedes volvieron. ¿Vas a dejarla que crea eso?
AVENTURERA: Sip… Que cada cual entienda lo que quiera… sobre todo si eso significa no convertirme en la “avergonzada que sale de la casa en puntillas de pie el domingo en la mañana”.
ANGELITO: Estoy confundido…
AVENTURERA: ¡Yo no! Aunque él no sea para mí, soy lo suficientemente buena para que ella sí lo crea (esa es una de mis atrofias emocionales: nunca me había querido una suegra). Esto es colágeno puro para el ego.

Pasó una hora y mi amigo el tiempo regresó e hizo sus efectos: se me quitó la vergüenza y me quedé a desayunar.

Nota: Algunos de los nombres de los personajes aquí mencionados fueron modificados para proteger la identidad de los mismos. Aventurera es solo una amiga mía. Saludos a Marthica.

POR: AVENTURERA

Comentarios

  1. Aventurera, díme a mí aquello de nuestro aliado el tiempo... llevo 14 años de mi vida esperando a que se convenza de ser mi aliado verdadero y lo único que hace es fallarme y sigo cayendo....

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  2. Pues asì es esta vida tan alocada que ni nosotros entendemos, disfrutemos de nuestros avergonzadas caidas y aprendamos que aúnque lo repliquemos muchas veces hemos logrado eso tan increible "QUE AL PERRO SI LO CAPAN 2 VECES....Y HASTA MAS".......JAJAJAJA

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  3. No tiene nada de malo uno, dos, o hasta tres besitos, sigamos aventurando ;)

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