UNAS VACACIONES Y UN BOOMERANG

Hoy algunos comentaron que los dejé metidos. Lo siento de verdad, pero es que el puente me afectó los horarios, jajaja.

Por ahí dicen que ella tiene la fuerza de un boomerang. Sus papitos se encargaron de que fuera a la universidad y, como buenos padres, jodieron con ganas hasta que la terminó. Eso sí, después tocó pagarla (a una entidad estatal que cobra intereses peor que un banco), pero se sacó adelante. Tenía todas las herramientas para ser una gran administradora, una alta ejecutiva de la élite gerencial, toda una figura de las finanzas, consiguió su primer trabajo: Asistente de Presupuesto. Aaaaaa… que dijeron ¿qué consiguió cualquier cosita ahí de secretaria? No señor.

Juventud, trabajo y hotel mamá. ¿Qué más le podía pedir a la vida? Pues un novio que la quisiera, cierto? Así que como estaba en la buena racha el novio apareció. Y era ¡EL NOVIO! Juicioso, respetuoso, profesional, responsable, trabajador, enamorado, y el pendejo no era ni feo.

El caso es que imagínense que resultó embarazada. ¿Y ahora? Pues nada, cásense porque y entonces… Y ella pensaba: “¿a los veintitrés? Pero bueno, si éste es, pues ¡que carajos! ¡Me caso!

Una semana después obviamente era la envidia de las amigas: “¡Se casa! ¡Se casa!” grito seguido de la pregunta envidiosa: “¿Y es que está embarazada? O que…”. La gente es tenaz, ¿no? Y si…

Esta china: joven, profesional, mas bien inteligente (pues… hay mejores), no tan fea (pues… hay peores), con una prometedora carrera por delante, renunció a su trabajo para criar a su crío. Eso si lo tenía claro ella: nada de empleadas del servicio que le pegan a los niños y uno no las ve, que suena un vallenato y uno se voltea y el muchachito está moviendo el pañal sonriente al ritmo de la música, que cuando tiene año y medio están en reunión familiar y de pronto se oye un chillido que dice “¡PAPUTA!”, y la madre sonrojada se voltea y dice casi en un susurro: “ay… es que la empleada… o sea, ella es como boqui suelta, si? Y pues el niño… aprendió…”. ¡NO SEÑOR! Ella consideró prudente suspender su carrera laboral, finalmente no sería algo muy largo, tal vez un periodo de dos años máximo. Y volvemos al ruedo.

A la hora de conseguir trabajo, esa vaina es más difícil. Resultaron unas cosas interesantes que demandaban una jornada laboral como de doce horas, y pues ella se preguntaba: ¿y la cría…?

El caso es que terminó aceptando un cargo de funcionaria pública, el matrimonio no le funcionó, y seis meses después de separarse se había consumido todos los ahorros y las reservas, las tarjetas estaban hasta el cuello, en fin… pobre vieja. Yo la veía y me daba hasta pesar.

Entonces pues un día me contó que estaba como con ganas de devolverse a la casa de la mamá, que la plata no le alcanzaba, que además no tenía quien le cuidara al bebé. Le dije que estaba loca, que eso sería caer en esa nueva generación tan odiosa: la del boomerang. ¿Cómo iba a volver al lugar de donde salió hace ya tantos años? Era mejor que se consiguiera uno de esos trabajos de catorce horas diarias donde sí pagan (como hacemos todos) y contratara a una buena empleada que cuidara de la descendencia.

Es porfiada como ella sola, entonces me miró mal y me dijo que no tuvo hijos para que otros los disfrutaran, y que si para eso tenía que convertirse en un boomerang, pues nada: volvería al hotel mamá con todo el impulso que había ganado en el recorrido, y además con hijo a bordo!

Y vuelve, se aguanta que la traten como adolescente, pide permiso para salir, avisa donde duerme, soporta que le digan cómo educar a su hija, todo esto con un disfraz de consejo por supuesto. La crisis económica que soportó terminó hace años, pero ella sigue ahí, esperando a que llegue una nueva fuerza que la lance otra vez fuera y preguntándose si aún tiene la misma forma de boomerang de manera que termine su recorrido en el mismo lugar. Aich, que susto. O si el tiempo ha hecho sus efectos de convertirla en un adulto. ¿Cómo en un adulto? O sea: tipo flecha.

Hace poco me la encontré y tratando de consolarla le conté que había historias de historias: otra de las amigas a la que no le empacaron un chino sino dos, nunca se casó, y todavía no se ha graduado de la universidad. Fue charro cuando me preguntó con quien vive y tuve que responderle que vive sola y feliz con sus hijos, trabajando como independiente desde su casa. No era un buen consuelo. Mas bien un ejemplo de vida, jajaja.

Y pues ahí está, y ahí se queda, sin tener mucha idea de qué es lo que la detiene (le dará miedo averiguar si todavía tiene forma de boomerang, como les decía). Yo apuesto a que si se arriesga se dará cuenta y confirmará definitivamente que ya es una flecha.

Bueno, y en realidad lo que quiero contarles es que, por razones de trabajo y estudio, AVENTURERA se tomará unas vacaciones de aproximadamente dos meses. Es posible que sea menos tiempo, y si es así, tengan por seguro que lo sabrán.

Me costará traerlos nuevamente a la costumbre de los martes, pero haré la tarea nuevamente de mantenerlos al tanto.

Por ahora, me queda decirles que estoy muy agradecida con las personas que han leído y seguido este blog en estos cuatro meses. Escribir, saber que a algunos les gusta y a otros no, leer sus comentarios, conocernos… es una experiencia realmente gratificante que agudiza los sentidos desde cualquier perspectiva que quiera evaluarse.

Ahora, los invito a leer las entradas que no han visitado, a releer las que les gustaron, a comentar constructivamente (o solo por diversión…), como lo han venido haciendo, todo lo que les de la gana de comentar. Este es un país “casi - libre” jajaja.

Escribir sobre todas estas experiencias propias y ajenas que me han permitido contar historias y reírme con ustedes de la vida un poco… o mucho, es toda una aventura.

Nos vemos por aquí y por allá. Pronto…

POR: AVENTURERA

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