SE NOTA LA DIFERENCIA
Yo soy de esas personas que cree que mi país es lindo (aún).
Pero a veces (como el 99% de los días) me despierto como hoy, pensando que vivo
en una selva tercermundista en donde la desigualdad es notoria, es decir, todo
tipo de diferencia se nota, y ante cualquier intento de recorte de brechas, salta algún cavernícola a pegotearse el paseo.
Daría la impresión de que en Colombia la gente aún cree que nuestro género,
nuestra preferencia sexual, nuestra religión, o el lugar en donde me haga el
huequito para ponerme el aretico, son diferencias. Solo impresión.
Pero díganme ustedes: ¿cómo le explica uno a un viejito
ignorante que, precisamente, a mí no me interesan SUS preferencias sexuales? A
mi no me importa si a él le da asco el sexo ajeno, ni me importa si “entre mujeres” si le gusta, porque es que a mi no me gusta. Pero tampoco me
gusta con un tipo que no me gusta ¿Me explico? Porque es que eso… ¿a quién le
importa? ¡Es una chimba hablar de sexo! pero en la mesa del café.
Es que no está bien que se note la diferencia. Y aquí se
nota tanto… se nota en todo. A la gente le dan un trato diferente por todo.
Ahora incluso dizque hay que decir siempre “los niños y las niñas”, “las
mujeres y los hombres”, porque somos diferentes, y que si se usan
palabras genéricas nos acusan de ser “excluyentes”. ¡EXCLUYENTE ÉSTA! (que
pena, es que hoy estoy ofuscadita).
Entonces si, me enchicho y me doy cuenta de que hay tanto
tonto por ahí con el poder público en sus manos… de lo trogloditas que pueden
llegar a ser algunas personas por anteponer sus creencias personales al interés
general, a la igualdad de los derechos civiles, A LA IGUALDAD.
No es de mi resorte lo que pase con la sexualidad de cada
individuo. Pero lo que sí es de mi resorte es estar en total desacuerdo con los
tratos diferenciales que se les dan a algunas personas hoy en día por ser “diferentes”.
Yo no puedo entender que si a mí me dan ganas de casarme, yo
sí pueda ir a una notaría aquí a la vuelta y firmar el papel en conjunto con
cualquier pelafustán, pero que si otra persona, que para mí es igual a mí,
llegue a la notaría y le digan: que pena señor, pero usted no tiene derecho.
Vengo a dejar de entender la función social del estado.
Nosotros, los ciudadanos, hacemos que el estado funcione (pues por lo menos los
ciudadanos como yo) entonces nos paramos un domingo en medio del guayabo a las siete
de la mañana para estar a las ocho en punto en la mesa de votación (ustedes
saben que exagero: me levanto cinco pa’las ocho y me voy sin bañar), hacemos
mercado y pedimos factura, pagamos impuestos, no cometemos infracciones de
tránsito, participamos en obras de beneficencia y hacemos lo posible por
portarnos bien. Y ahora resulta que después de cumplir uno con su función para
que el estado funcione, él si funciona pero no funciona para todos. Solo puedo
ejercer mis derechos civiles si me acuesto con alguien que si le guste al
Senador, por que si me acuesto con alguien que no le gusta, entonces parece ser
que no soy un ciudadano.
Si, señor Gerlein. Es con usted.
POR: AVENTURERA
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Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarEstoy contigo y te apoyo al ciento, no hay derecho con el abuso del poder????
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