ES QUE DICIEMBRE ME ASUSTA
Por que es que uno se levanta tranquilamente por la mañana un lunes
tres de diciembre de dos mil doce, dispuesto a disfrutar con tranquilidad sus
últimas tres semanas de vida (por aquello de la profecía maya, jajaja), y
resulta que sale a la calle y se da cuenta de que todo es diferente. En las
calles hay mas gente, los buses van más llenos, el tráfico… POR DIOS! EL
TRÁFICO! Se me acabó el maquillaje que es de tal o cual marca, y solo puedo ir
a un centro comercial a comprarlo. Dios mío santísimo! Qué desgracia tan
infinita. Tres horas dentro de un centro comercial para lograr una pequeña
compra.
A mí la navidad me gusta mucho, y diciembre me parece un mes
especial porque, por lo menos en mi país, decir diciembre es como insertarle un
chip al inconsciente colectivo, y todo el mundo se vuelve más querido, más
amable… como que las personas se vuelven… ¿mejores? La gente entra a la
panadería y no sale con un pan sino con dos, y le entrega uno al muchacho que
está afuera sentado en el anden oliendo bóxer, a quien de repente ya no se le
tiene miedo sino compasión.
Diciembre viene a conmover el alma, a convertir seres
humanos individualistas y sanguinarios en almas buenas y caritativas. ¿Cómo lo
hace? Yo no lo sé. Aunque tampoco sé como hace enero para volver a todo el
mundo una m… otra vez.
Y pues claro, es normal que la ciudad se vuelva una locura
porque logísticamente está diseñada para gente fría, frívola y frígida, quienes
somos todo el resto del año, entonces en este mes tiende todo a saturarse y los
cupos no son suficientes en ningún lugar para que quepamos todos en él, porque de
pronto mágicamente todos queremos estar juntos en el mismo lugar.
De repente amamos a nuestra familia a la que en febrero le
dimos la espalda, salimos corriendo de la oficina para compartir tiempo con
nuestros hijos, cuando en todo el año tuvimos “compromisos importantísimos” que
nos impidieron estar con ellos cuando nos necesitaban (después no se queje de
que pierden el año), y las tías pasan de ser catalogadas como unas metidas y en
este mes las concebimos como unos seres bondadosamente preocupados por sus
familias. Todos los defectos de nuestros seres queridos se convierten en
cualidades y el amor al prójimo brota por los poros como si fuera una calidad
connatural al ser humano. A algunos jefes comienza hasta a parecerles chistoso que uno llegue enguayabado a la oficina y con una consideración infinita lo mandan al desayunadero de la esquina a tomar caldito con un par de toques en la espalda.
Entonces todos estos cambios dan susto, y asustan más cuando
desaparecen súbitamente al finalizar el mes. A mi personalmente me parce
aterrador.
En todo caso, les confieso que como es el modo en el que me
gusta ver a la gente, me aprovecho de ella al máximo en este mes y si su
corazón también se ablanda en diciembre y usted quiere hacer feliz a un niño una
vez al año, lo invito al evento NAVIDAD DE CORAZONES en el que se le asignara
un infante de género y edad determinados para que usted le regale un juguetico o ropita (o se entusiasma ¡las dos cosas!),
y por lo menos por este mes usted sienta la satisfacción y la alegría de DAR. Aquí está la información, y recuerde que quien tiene la información tiene el poder:
Si usted tiene mala vista, se le repite: escriba un mail a info@fundacionbambu.com manifestando sus intenciones, y listo! Es facilísimo.
PD: yo siempre trato de dar todo lo que pueda, y en
diciembre me esfuerzo un poco más. Este diciembre la vida me ha dado a mí…
POR: AVENTURERA
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