LAS LEYES LABORALES Y MI DEPRESIÓN POS VACACIONAL
Esta historia, si puede llamarse así, comienza en diciembre de 2012 cuando tenía la
grandiosa expectativa de salir prontamente a vacaciones y viajar por el mundo.
Hice todo lo posible para que mis tiquetes coincidieran con la finalización de
mis vacaciones y así poder aprovecharlas al máximo.
Resulta que fui y volví. Hice lo que no se debe hacer:
viajar de regreso el día antes de mi primer día laboral. Llegue a mi casa a la 1:00 a.m.
del día siguiente y entré a trabajar en esa misma fecha a las 7:30 a.m. con el
pelo sucio y los únicos pantalones que tenía limpios: esos con los que me veo
gorda, sin retaguardia y no combinan con nada (a parte que uno se engorda un montón probando cosas ricas en los paseos, ni más faltaba).
Nota 1: Aquí los trabajadores tenemos derecho a
quince días hábiles de vacaciones al año. Si un trabajador promedio como yo
ahorrara todo el año y decidiera ir a conocer, que te digo yo, Europa por
ejemplo, perdería su tiempo porque en quince días no se hace un carajo. Eso
contando con viajar el día en que inicia el periodo de vacaciones y regresar el
día anterior al reintegro.
Siguiendo con mi historia, el primer día de trabajo fue una
tortura, y a pesar de evacuar ítems urgentes, el cansancio insistía en mi
cabeza para que me fuera a dormir, pero lo logré: completé la jornada laboral
con éxito.
Nota 2: En Colombia los
trabajadores tenemos una jornada mínima de ocho horas diarias seis días a la
semana (algunos profesionales tenemos el grandioso beneficio de trabajar solo cinco de esos seis días) y la normatividad incluye la
obligación para el empleador de darnos una hora de descanso a mitad de jornada
que no está incluida en el horario por lo que ahí ya van nueve, y súmele que
aquí todos trabajamos lejos de la casa, así que son dos más de traslados. En
total un trabajador promedio dedica once horas diarias al laburo cuando no tiene que trabajar horas extras, lo que deja “libres”
trece horas de las que los expertos recomiendan dormir ocho, por lo que
quedarían cinco, pero por sencillo que usted sea se demora una hora en la
mañana arreglándose, dejando solo cuatro
horas para desempeñar sus pasatiempos, arreglar su casa, construir una relación
de pareja, y con todo el resto del tiempo libre, puede usted pensar en tener
hijos. Por si acaso: eso era un sarcasmo.
Completada mi primera tortuosa jornada laboral inferí que
necesitaba un descanso, por lo que dejé de lado durante tres días a mi familia,
a mi pareja, mis pasatiempos, entregándome a las mieles de mis sábanas y
aprovechando un feriado suelto. Así que un martes intenté regresar nuevamente a
mi rutina pero la energía estaba aún más baja.
Mi primera conclusión fue que me faltaron días de descanso,
conclusión que tiene muchos matices porque la verdad es que podría fácilmente
acostumbrarme a no hacer nada, pero sí creo que por cada 345 días del año (después
de los primeros 365 y unos cálculos) de completa disponibilidad para con el
empleador, deberían traer un poco más de descanso que veinte días corridos o
quince hábiles. Yo creo que me dedico lo suficiente para merecer un poco más. O más bien: creo que merezco tener el tiempo de tener una vida.
Nota 3: las vacaciones, las primas, las cesantías, la
seguridad social, y todas las prestaciones que envuelve una relación laboral,
SON UN DERECHO y no un gesto de amabilidad de su empleador.
Entonces la realidad se plantó frente a mis ojos para
revelarme la causa de mi depresión: conozco
la ley laboral. Debí haber hecho caso cuando me dijeron que la ignorancia es la clave de la felicidad.
Conozco esa ley laboral que nos destina a buscar un “buen”
colegio para nuestros hijos porque nosotros no podemos criarlos, a pensar lo
mismo que piensa la farándula porque no tenemos tiempo para sacar nuestras
propias conclusiones, a tener sexo cansados (los que no nos resignamos a no
tenerlo), a tener relaciones sentimentales de esas en las que uno simplemente
sabe que el otro está ahí (porque
tampoco tiene tiempo para cornearnos pero no porque nos diga francamente que
nos ama), a dejar nuestros pasatiempos en el olvido y pensar que son cursilerías
de adolescentes sin rumbo… y así, puede uno dedicarle su vida a trabajar y a
ningún otro motivo fútil que le quite tiempo, a vivir su vida a través de una
empresa que si el día de mañana por uno u otro motivo deja de existir, su vida
muere con esa existencia.
Nota 4: A mí me gustaría trabajar para vivir, y no vivir
para trabajar.
Siempre lucho contra mis ganas de ponerme muy sería en este
blog, y me disculpo sinceramente con los que esperaban relajarse con esta lectura en vez de
estrellarse contra mi frustración de no haber descansado lo suficiente, pero es que me siento atropellada por esta realidad normativa.
Es que yo llevaba años sin salir a vacaciones: siempre me
tomaba unos días y volvía cansada pensando que cuando me tomara un periodo
completo llegaría renovada. Pensaba que estaba científicamente comprobado que
con quince días hábiles de descanso mental al año, el organismo se recuperaba
perfectamente para continuar con toda la energía y motivación que demanda la
pega, y nunca me imaginé que estos quince días fueran simplemente el resultado
de lo mejor que nosotros, la clase trabajadora, hemos podido lograr que nos reconozcan.
Y que lo cierto es que no alcanzan para descansar, ni para viajar, ni si quiera
para comenzar y llevar a feliz culminación los trámites que están pendientes (CARAJO! La tarjeta de identidad de mi hija...). Es que ni un tratamiento odontológico dura tan poquito...
Finalmente solo le queda a la gente ir a gastarse lo poco que gana en ese
pasatiempo que solo exige tres horas sin necesidad de pensar, ni planear, ni
estudiar antes para compartirlo, ni exige constancia ni vehemencia, no
distingue entre culturas, religiones, edad, género… y todo lo que se le ocurra: ¡SALUD! ¡CHEERS! ¡SANTÉ!
Nota 5: Es
posible que existan errores de redacción causados por la progresiva disminución de agilidad
mental consecuencia de falta de descanso completo en siete años. Lo sentimos por eso.
POR: AVENTURERA
Comentarios
Publicar un comentario
¡TU OPINIÓN ES MUY IMPORTANTE! INSERTA AQUÍ TU COMENTARIO