QUE SÓLO PASA EN LAS PELICULAS...


Mi copa de vino de los viernes es sagrada, y tener reunión de padres en el colegio de mi hija al día siguiente a las siete de la mañana no me persuade de dejar de tomarla ni de tomarla más temprano, porque tiene que ser después de las ocho, y es un sacrilegio no acompañarla con otra(s) más.

El sábado por la mañana hago roña en la cama pensando que hoy sí no va a haber trancón en la autopista y que voy a llegar a la reunión en quince minutos, mentira que me digo siempre. Que aquí entre nos, me parece una falta de respeto que pongan esas reuniones en esos horarios extremos en días de descanso de padres que nos partimos la mula trabajando toda la semana para poder pagar colegios medianamente decentes.

Y cuando finalmente me levanto, el afán me alcanza para echarme crema en el pelo para que no se alborote tanto al exponerlo a la intemperie y llego al armario feliz porque no tengo ningún tema de relaciones públicas laborales que atender así que mis jeans y mis tenis salen de ahí a consentir mis pies y amenizarme el fin de semana.

Y uno cree que sólo en las películas pasa eso de que un sábado a las ocho de la mañana una madre de familia con marido a bordo e hijos chiquiticos esté perfectamente arreglada.

Pero no. Pasa en la vida real.

Todos los padres de familia llegan punto en blanco a lucir pinta, las mujeres con las uñas frescas y el pelo todavía con la energía estática del cepillo y el secador. O sea, no es que se hayan ido a la peluquería desde el día anterior, no. A veces, hasta con zapatos de diseñador. Pero ¿A qué horas? ¡Es el colmo! ¿Cómo no avisan que esto era elegante? Y siempre me pasa lo mismo: nunca me avisan.

Estábamos desayunando en la panadería (porque es que no había mercado) y entonces terminé mis huevos fritos con dos panes blanditos, jugo de naranja y café, pensando en que me descaré en eso de transgredir mis hábitos, que ojala mi cuerpo no se resienta por recibir primero grasa que fibra en la primera comida del día y que pude haberme excedido en las calorías, lo cual implica pesadez estomacal recién empezando el fin de semana, que además de ser mi relax de tacones y planchas de pelo, también lo es gastronómicamente hablando. Pero que caray… estuvo buenísimo.

El perfil de clientes de la panadería a esa hora son hombres sin bañar que van por el pancito del desayuno con los niños empijamados mientras, me imagino, sus esposas los esperan en la casa con el juguito listo.

Hay otro perfil, que es muy raro de ver a esta hora en el barrio, que es el mío: despeinada con la ropa del día anterior, una hija pataneando con mi novio que parece mi otro hijo (ojo: no por la edad, sino porque… ustedes saben… él es de esos hombres… rarísimos de encontrar. Esos que nunca crecen…). Ese perfil mío es del tipo de persona que solo se sale un sábado de las cobijas a esa hora por reunión de padres o a tomar desayuno afuera porque es que no hay mercado, y si voy a levantarme para ir hasta la panadería, mejor salimos y comemos allá y así no se ensucian los platos.

Entonces me quedo mirando a alguien que no encaja: una mujer en la panadería hace fila en la caja, está perfectamente producida. Y yo repito para mis adentros: ¿A qué horas? ¿La gente no duerme? ¿En serio hay que arreglarse para venir a comprar el pan? ¿No era solo para las reuniones de padres? Y depronto lo entiendo todo: por eso son los hombres los que van a comprar el pan a esa hora, porque las mujeres somos todas igual de perezosas, pero el grueso del genero no sale ni a la esquina sin arreglarse.

Me volteo y veo a mi hija observándola también y cuando ella siente mi mirada encima da vuelta con cara reflexiva y me dice: "esas mamás todas arregladas, así como con ese maquillaje y esos peinados a mí no me gustan. Me gustan las mamás como tú: así más locas".

POR: AVENTURERA

Comentarios

  1. lo que mas me gusta es el comentario de tu hija jajajajajajaja

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  2. a mi lo q mas me hizo reir fue el comentarioa acerca de tu novio....genial

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Carla que delicioso volver a leer tus historias me encanto tu forma de expresar la liberación que representa poder salir tal cual sin preocuparse por la apariencia y tu autenticidad

    Un abrazo

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