UN CORTO JALÓN DE VUELTA A LA REALIDAD
Esperaría de todo corazón que hayan notado mi ausencia. Por
favor díganme que me han extrañado aunque sea un poquito. Es que he estado tan
sentimental… Cumplir treinta fue papitas al lado de estar recorriendo este
tercer piso paso a paso. Mientras más se recorre el camino, las hormonas más
confiancitas se toman y en vez de continuar con su ritmo laboral establecido en
el contrato, se toman vacaciones cuando les da la gana, y para compensar se
vuelven trabajólicas durante jornadas inesperadas. Solo porque llevan veinte
años trabajando con una, terminan haciendo de la capa un sayo. Es tenaz.
Entonces llegan días, que a veces se convierten en semanas,
y esperemos que nunca en meses, en que ellas nos juegan malas pasadillas y los
niveles de serotonina y oxitocina bajan hasta sus límites más oscuros. La vida
se vuelve un círculo de tristeza: uno se levanta triste y así justifica el no
hacer nada, y se acuesta triste porque no hizo nada. Patético.
Pero bueno, de eso se trata la humanidad: de vencer nuestros
instintos, y sobreponer nuestra
inteligencia a nuestros deseos, de reconocer esas caídas en ciclos nefastos y absorbentes
y sacar fuerzas de donde no tengo para
levantarme en la mañana y decirle al mundo que está de muy mala suerte, porque
hoy voy a vencerlo, pase lo que pase. De decirle a las hormonas que hagan lo
que se les dé la gana, porque yo ya no les hago caso. Finalmente algún día
ellas van a pensionarse y ¿Quién va a quedarse con este cuerpecito? Sip, yo
solita.
Así, por más indiferente que te levantes, párate, arréglate
y ve a hacer tus cosas. En la noche dormirás contento porque hiciste algo, o
tal vez estés tan contento que no dormirás y te irás de fiesta. En la mañana
muy probablemente amanezcas un poco menos triste, y así…
POR: AVENTURERA
Eso es verdad... y por eso es nuestro camino ninja...
ResponderEliminar